Diario de viajes

Desde Jerez a Cádiz, 
pasando por Burgos y Granada

Los viajes nos están dando la vida. Ahora toca peregrinar los fines de semana, bolsa al hombro, hacia el primer autobús que me lleva a mi destino. 

En los momentos difíciles me digo a mí mismo que los caminos por España nos tienen que llevar a algún sitio. De verdad. La verdad es que ahora quien no se mueve está muerto. Continuamos, y con más ilusión que el primer día que iniciamos nuestra vida como editores.

Comic Con Spain. Jerez (14-16 de septiembre).

Ha sido muy interesante arrancar el nuevo año en septiembre. 

Comenzó en Jerez. Estábamos en un pabellón enorme donde los pocos stands eran como un elemento minimalista que desaparecía en el hormigón del entorno. Éramos realmente tres puestos los que teníamos algo de cómic y novela fantástica; sin embargo, la energía y el entusiasmo del público fueron estupendos. 

Jerez que no tiene ni una sola librería de cómic. Jerez, que se sale del mapa peninsular, me mostró que la afición está viva en todos los rincones de nuestro país, y que es necesario llevar la buena nueva de nuestros sueños y proyectos.

Quisiera dar las gracias con todo mi cariño a Noemí, una joven del lugar que me ayudó mucho los tres días, pidiéndome solo «la voluntad», y a quien pude recompensar con un montón de libros y un fusil de Iron Man. Gracias.

Pese a las críticas, que siempre son exageradas, la organización nos mimó con una serie de bocadillos que nos apañaron el almuerzo, la comida y la merienda. Es verdad que las exposiciones podrían haber sido más elaboradas y que el entorno abrumaba un poco, pero pensad que los salones los hacemos los que vamos, no los que se han quedado en casa para criticarlos.

Fue nuestro antiguo libro: Tolkien. Enciclopedia el que triunfó en este evento.

A destacar: el estupendo y barato albergue de la ciudad, que pertenece a la empresa pública Instalaciones y Turismo Joven (Inturjoven), dependiente del Instituto Andaluz de la Juventud.

Feria del Coleccionismo. Burgos (21-23 septiembre). Forum Evolución

Ancha es Castilla. Solo faltó echar a correr por Tierra de Campos. No hubo gente. Lo único (aparte de la experiencia, siempre útil): volver a la tierra de mi padre. Recordé que mi tía, hermana de mi progenitor, me había hablado de la Casa de las Conchas, donde me colé como un peregrino más y pude dormir por siete euros la noche.

En aquella feria lo único que se coleccionaba eran las monedas y las monedas de oro, que a falta de clientes se las vendían entre los propios expositores. Fui testigo de cómo mi vecino recibía unos cuantos Bin Laden nuevecitos y muchos billetes de 50 por unas cuantas monedas. Todos, expositores y coleccionistas, iban con su propio pesito, con la forma de una calculadora, para calcular los gramos de sus pequeños tesoros. Otro nivel.

Lo poco que vendí en la feria se centró en la novela histórica: cayeron los dos ejemplares que llevaba de El corazón del rey maldito, de Graziella Sáenz de Heredia, sobre Pedro I de Castilla (sería por la efigie numismática de la portada) y también gustó El heredero de Tartessos, de Arturo Gonzalo. La novela de César Mallorquí, El coleccionista de sellos, también picó a los pocos que se acercaron por allí, como era barata y parecía «solo» policiaca...

Japan Weekend Granada. Sábado (29 septiembre)

Fue solo un día, y me tocó ir y volver de noche y en autobús. Mereció la pena. Las riadas de chavales desbordaron la sala del Palacio de Congresos (afuera, en la calle, las nubes descargaban agua sin cesar, en esas semanas durante las que se inundó media Andalucía). La organización me ayudó, y por ser una editorial me regaló el stand (gracias, Iñaki).

El sur nos está ayudando, contagiándonos de la plácida energía que viene del estrecho desde África.

Libros, nuestros superventas fueron los habituales en los salones del manga: Orgullo y prejuicio y zombis y Nocturna, aunque está entrando con fuerza Crónicas de sombras de Lucía González Lavado.

Salón del Manga de Cádiz. (5-7 octubre)

Empecé en Jerez y acabé en Cádiz.

  

Me colocaron en una mesa a la entrada del pabellón donde estaban las tiendas. Era la zona de fanzines. A mi lado, un autor vendía su trilogía fantástica utilizando mis argucias: mucho palique y tratar de fascinar a los clientes potenciales. Me llegó a confesar que había vendido, y dedicado, más de 1700 ejemplares de sus libros, feria a feria. Si eso lo multiplicáis por 20 euros... Las ferias tienen algo que no tienen, ni tendrán, las librerías: el trato personal con el cliente, en ese ambiente de euforia e ilusión por lo que nos entusiasma, que solemos disfrutar en la soledad de nuestras moradas. En los salones, en las ferias, podemos compartirlo.

El salón estaba ubicado en el Colegio Marianista San Felipe Neri, un lugar que era una fiesta (el sábado estaban todos los otakus y todas las lolitas de la provincia).

Triunfaron, con mucha diferencia: Nocturna de Cris Ortega y Crónicas de sombras de Lucía González Lavado.

Recordé en esos días la Navidad del 2002, cuando recorríamos Cádiz mi mujer y yo, buscando aquellas aguas cálidas y el mar profundo de nuestro amor.

Gracias.

Fantasía para soñar.

Alberto Santos.

 

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