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domingo, 2 de septiembre de 2012

Perfil de Házael González, 2




Perfil de Házael González
Segunda parte

Terminamos con el perfil de Házael González, donde profundizaremos en los secretos de Historias de la Tierra Incontable. Círculo Primero: El despertar.


• ¿Cuál es el origen de tu novela Historias de la Tierra Incontable. Círculo Primero: El despertar?
Huy... ¿No sonará muy pretencioso si lo digo? Bueno, es igual. Pues a pesar de que existían textos previos, y de que la idea ya hacía años que pululaba por mi cabeza, el empujón definitivo se lo dio mi primer encuentro con Alejandro Jodorowsky, una persona verdaderamente especial que me inspiró la dirección necesaria que yo quería para mi Tierra Incontable. Sí puedo decir que la escribí con veintiséis años y, tal y como decía antes, la segunda novela siempre sale mejor que la primera, así que ahora tal vez no contase lo mismo de la misma forma... pero es lo que es, y estoy orgulloso de ella, así que hasta aquí puedo leer.

Durante una presentación de El Despertar
El despertar es el Círculo Primero. ¿Cuántos Círculos más hay? ¿Qué hay detrás de la Tierra Incontable? ¿Cuándo empezaste a escribir sobre ella?
Mhmmm, cuántas preguntas juntas... Bueno, veamos: inicialmente, había pensado en siete Círculos, pero eso no quiere decir que sean únicamente siete, ni que no haya más historias de la Tierra Incontable por contar... Y respecto al resto, empecé a escribir sobre la Tierra Incontable allá por 1995, así que lo que hay detrás es, ante todo y sobre todo, un camino vital. Soy una persona vital y me gusta mucho pensar que le saco provecho a mi vida..., pero puedo asegurar que, entre todos los caminos que he tomado y que he abandonado, entre todas las veces que he acertado y que me he equivocado, o entre todos los pasos (hacia delante o hacia atrás) que he podido dar, la Tierra Incontable siempre ha estado ahí, y continúa estando. Personalmente, considero a la Tierra Incontable como la cosa más importante que he podido (y puedo) hacer en mi vida, pero me da un poco de vergüenza decirlo...


• ¿Existen textos anteriores a El despertar?
Sí, unos cuantos. De hecho, la Tierra Incontable empezó en forma de relatos cortos, sin que yo mismo supiese muy bien qué estaba haciendo, pero pronto las historias comenzaron a alargarse de una forma que yo no podía (ni quería) controlar. De esa forma, hay toda una trilogía previa al Círculo Primero, pero no sé si llegaré a editarla alguna vez: el primero de ellos es la primera novela larga que empecé (y finalicé) en toda mi vida, con veintiún años, y el tercero, ni siquiera está acabado... Pero por supuesto, tienen muy mucho que ver con todo lo que está pasando ahora mismo en la Tierra Incontable.

• ¿Cuál es el origen de la Tierra Incontable?
Pues la verdad es que fue ella la que vino a mí sin que yo la buscase. Una noche de las malas, en una cafetería de 24 horas, empecé a hacer un dibujo para calmarme un poco: nunca he sabido dibujar como yo desearía, así que rompí el dibujo, rompí los lápices... y empecé a escribir. ¿Por qué? Ni idea. Solo  sé que, después de un rato, tenía un relato manuscrito de ocho páginas sobre la mesa, en el cual había empezado a dar vida a lo que luego se llamaría Tierra Incontable. Juro que yo fui el primer sorprendido, y a partir de ahí comenzó lo demás. Por eso siempre digo que la Tierra Incontable es un regalo que me han hecho, no sé quién, y no sé por qué..., pero puedo asegurar que estoy muy agradecido.

• ¿Qué mensaje quieres transmitir con las Historias de la Tierra Incontable?
Ante todo y sobre todo, quiero que el lector se lo pase bien. Que participe del juego, del descubrimiento de nuevas realidades, para que se sumerja en ese mundo y pueda disfrutar con lo que hay en él. Y después, aunque no en último lugar, que reflexione acerca de otras formas de ver la vida, su propia vida. El mismo Alberto Santos ha calificado el Círculo Primero como «fantasía mística», y me encanta el término, porque no sé si soy o dejo de ser una persona mística, pero me encanta el misticismo. El autoconocimiento, la exploración personal, la construcción del Yo y de la propia identidad... Todas esas cosas las he ido descubriendo a lo largo de mi vida, y me apetecía mucho compartirlas con la gente. Me gustaría que la gente que leyese las Historias de la Tierra Incontable se sintiese mejor cuando acabase el libro, y que pensase sobre cosas que tal vez no había pensado nunca. Algunos lectores me dicen eso, que les hago pensar sobre su propia vida, siempre para bien... y eso me encanta.

• ¿Qué similitudes hay entre la Tierra Incontable y la vida real?
Como digo, la Tierra Incontable pretende ser un lugar en el que disfrutar, y también en el que pensar. Nunca he pretendido que sea una alegoría, sino más bien un mito, entendido como los mitos clásicos que pretendían reflejar la realidad mediante el uso de la ficción. Quizás un ensayo o un hecho real y absoluto tengan la fuerza de lo auténtico, pero muchas veces es la fantasía la que le da a lo auténtico un valor diferente, más sólido. En fin, qué sé yo...

• ¿Qué función tiene la magia en tu historia?
Procuro que esté presente, pero que sea una magia «real», es decir, que no estorbe al desarrollo de la historia (un desarrollo humano, personal). No quiero que ningún lector pueda pensar «ya, el personaje puede hacer esto porque es mago, y eso no existe», sino que más bien sea un complemento. Y de ahí, por ejemplo, todo el asunto de la magia poética (que entra mucho más en el campo del ilusionismo, puro y duro, y también del autoconocimiento). De todas maneras, es verdad que el uso de la magia me trajo unos cuantos quebraderos de cabeza hasta que descubrí los sígilos en la obra de algunos ocultistas muy interesantes... Pero creo que he conseguido llegar a buen puerto con ella, como se podrá ver en los siguientes volúmenes.

• ¿En qué mitologías te has inspirado?
En todas las que he podido, aunque principalmente, no podría negar que la celta tiene mucho peso. No puedo evitarlo: soy hijo de los bosques del norte y podría parecer una tontería, pero cuando oigo música celta, siento un cosquilleo a nivel genético... Pero no desprecio ni una sola, porque no desprecio nada que pueda serme útil: la griega, la romana, la hindú, la china, la japonesa... Como digo, no me gusta descartar nada, porque me gustan muchas cosas diferentes y contradictorias como para permitirme el lujo de asegurar que sigo una única corriente, de lo que sea.

• En tu novela utilizas todos los personajes clásicos de la fantasía (unicornios, sirenas, magos) ¿por qué razón lo has hecho?
Esta es fácil de contestar. Porque me gustan. Así de simple. Hay gente que se ha quejado, diciendo cosas como «pero si los unicornios son lo más pasteloso que te puedas echar a la cara». Bueno, pues a mí me gustan, y por eso he procurado darles una visión más particular. El caso de las sirenas, por ejemplo, es de lo más claro: quería que fuesen criaturas sensuales, que no tuviesen ningún problema en compartir caricias y en valorar el placer... y eso ha dado lugar a situaciones muy especiales, al mismo tiempo que me ha hecho plantearme asuntos de lo más interesantes. Yo creo que cada uno tiene que utilizar los personajes que le gusten, y hacerlo de la manera que le guste: el público dirá si ha acertado o no... Y ni siquiera eso es lo más importante, mira lo que te digo.

Ilustración del cuarto capítulo

• ¿La protagonista de tu novela simboliza algo? ¿Y el mago?
No, no creo. Es decir, no son alegorías, ni buscan ser símbolos de nada. Hay lectores que me han dicho que el viaje de la protagonista en busca de su nombre (y por lo tanto, en busca de su identidad) es algo muy adolescente, algo muy relacionado con ese momento vital en el que te estás buscando a ti mismo y utilizas varios caminos para llegar hasta ello. Bien, si es así, me parece genial: la adolescencia siempre me ha parecido una época muy interesante, que además muchas veces está demasiado infravalorada, sobre todo por quienes ya la han pasado. Yo recuerdo muy bien la mía propia, y he vivido de cerca unas cuantas más, y sé que muchas veces son los adultos y sus problemas quienes hacen tan tremendo ese momento. Por ejemplo, es mucho más interesante decirle a un adolescente que sus desbordados sentimientos amorosos son algo que debe disfrutar y aprender a vivir con intensidad pero también con el necesario control, que no negarlos de plano y decirle que son tonterías que se le quitarán con la edad.

• ¿Qué diferencia de tratamiento hay entre los personajes animales y los humanos de la novela?
Ninguna. Además, muchas veces, los animales son más inteligentes que los humanos, aunque no todos. Pero eso sí que es una experiencia vital particular: me vuelven loco los animales, y como nadie me dijo nunca que no debía hacerlo, siempre he hablado con ellos como si fuesen personas (y por cierto que «persona» no significa humano, ni mucho menos, y por eso lo uso a menudo en mis escritos), y continúo haciéndolo a día de hoy. De hecho, y poniendo como ejemplo a los gatos, la gente suele dividirse en dos bandos: los que me preguntan por qué les digo cosas y me comporto como si fuese uno de ellos, o los que me dicen simplemente que qué bien conozco a los gatos, y que ellos nunca se han atrevido a tanto (a revolcarse por el suelo siendo uno más del grupo, por ejemplo). Y no sería la primera vez que en una reunión de amigos o en una fiesta me vieses a mí detrás de un gato o de un perro, sin hacer mucho caso a los comensales de dos patas...

• ¿Crees que tu novela da una visión negativa de los seres humanos?
¡Espero que no! No es mi intención, ni mucho menos, aunque sí lo era antes de llegar a este libro. Como digo, el encuentro con Jodorowsky me hizo ver muchas cosas nuevas, entre ellas, la potencialidad y la excelencia de los seres humanos como tales. ¡Si lo piensas bien, somos unas criaturas maravillosas! Precisamente, lo que yo quiero es que mis lectores puedan reconocer comportamientos negativos en los humanos que les recuerden a sí mismos, y puedan decidir cambiarlos o modificarlos. Tal vez suene muy pretencioso, pero yo creo mucho en el potencial humano. ¿Que en el mundo hay humanos negativos? Bueno, pero eso no es óbice para que uno mismo no decida ser lo mejor que pueda.

• ¿Con qué personaje te quedarías de tu novela?
No me preguntes eso, porque no sé qué decir. Desde luego, la «muchacha sin nombre», como la ha calificado una lectora, es una de mis favoritas, pero también el mago, o Lirond, o Antirion, o la Reina de las Sirenas del Oeste... a todos, incluso a la reina humana, les tengo demasiado aprecio como para elegir uno solo.

• ¿Consideras tu novela una obra humanista?
Considero a mi novela una obra humana. Es decir, una obra que se preocupa por la humanidad, por desarrollar al humano como humano. Si eso es ser humanista, pues entonces sí. Yo creo firmemente que cuando el humano como especie se haya desarrollado aún más (aprendiendo a optimizar los recursos, viviendo en armonía con el entorno, preocupándose de otras cosas que no sean ganar dinero y gastarlo, etcétera), entonces el mundo será un lugar precioso. No creo que lo vea, pero uno de mis sueños sería poder coger agua dulce de cualquier cauce o arroyo, y poder beberla sin pensar en intoxicarme o en coger una enfermedad: estoy convencido de que podremos llegar a eso, y será un momento humanamente importante (hum, perdón por irme por las ramas en la respuesta).

• Has escrito otros libros sobre zombis, etc… ¿No ha sido un cambio de temática muy radical para ti?
Pues no, porque la Tierra Incontable existía antes que lo demás. Es decir, el cambio radical fue escribir novelas de zombis, o ensayos sobre bandas sonoras, pero no solo  son temas que me gustan (yo nunca me defino, y me encanta saltar de una cosa a otra), sino que siempre lo vi como una oportunidad de aprendizaje. La gamberrada del Quijote Z fue un encargo que hice con mucho gusto, pero por ejemplo, La Muerte Negra es una historia de zombis, sí, pero cualquier lector avispado que haya leído el Círculo Primero se dará cuenta de que existen muchísimas similitudes entre una y otra: la búsqueda de algo más, la preocupación por la humanidad en su conjunto, el autoconocimiento... Yo cuento las historias que quiero contar, ya sea con zombis o con vaqueros del Oeste americano. ¡Ese es un reto la mar de divertido, aunque no lo parezca!

• ¿Qué te pareció la introducción de Guadalupe Oteo Iturmendi para El despertar? Sinceramente, no tengo palabras. Por pura casualidad estaba leyendo Rielar y los Reinos del Mar cuando Carlos L. García-Aranda, de la editorial, me propuso la idea de que Guadalupe me prologase, y me hizo muchísima ilusión (como bien dice ella, sus historias y las mías son muy, muy próximas). Y en cuanto al prólogo en sí mismo, la verdad es que me quedé de piedra cuando lo leí, y más cuando la conocí en persona y me confirmó lo muchísimo que había disfrutado con mi novela; de hecho, ojalá la hubiese conocido antes, porque ella propone en ese prólogo que la obra podría llamarse Historias de las Aguas Incontables, y la idea me pareció tremendamente buena..., pero ahora ya está, así que así lo dejaremos. Guadalupe es una excelente escritora y una increíble creadora de mundos, y es todo un honor que mi libro le haya gustado tanto, porque sin duda, ella lo ha enriquecido infinitamente con sus consideraciones.
Ilustración del primer capítulo

• ¿Cómo ha sido la colaboración con Raúlo en las ilustraciones de la novela? (Cuyas ilustraciones que acompañan este perfil)
Raúlo Cáceres es un artista como la copa de un pino, que dibuja exactamente como me gustaría dibujar a mí. De hecho, nos conocemos porque yo escribí artículos elogiando su obra, y él se puso en contacto conmigo: es una excelente persona y un genio del pincel, y siempre he querido trabajar con él, así que cuando tuve el libro listo (y antes de tener editor), no me lo pensé, y le ofrecí la posibilidad. Es sencillamente maravilloso que haya sido Raúlo quien haya puesto imágenes al libro.

• ¿Para ti, esas ilustraciones expresan lo que querías decir con la novela?
Las ilustraciones siempre son algo curioso, en ese sentido. Personalmente, le di a Raúlo la novela, y le dije que se la leyera y que hiciese una por capítulo, de lo que le apeteciese. Cuando empezó a mandarme los primeros lápices, había cosas que me chirriaban un poco, en plan «¿son tan pequeños mis gatos? ¿Son tan corpulentos mis unicornios?», pero pronto me di cuenta de que lo mejor que podía hacer era dejarle que dibujase lo que quisiera como quisiera. Es decir: sus ilustraciones son más su visión que la mía de la Tierra Incontable, y eso es maravilloso, porque la enriquece totalmente. Las visiones de la obra siempre son distintas: un lector amigo mío me dijo que imaginaba a la protagonista como si tuviese quince años, y yo le repliqué que no, que en todo caso, rondaría la treintena... y me contesto que no, que nada de eso, que de ninguna manera. ¡Es asombroso, y es divertido! Hay infinitas Tierras Incontables, y hay infinitas maneras de leerlas y de dibujarlas...

• ¿Qué sensación te ha provocado la respuesta de los lectores ante El despertar?
Ante todo y sobre todo, curiosidad. ¡Cuando vi que la compraban tantos adolescentes, no me lo creía! Bueno, mientras la escribía, nunca pensé en qué tipo de público (si es que había algún tipo) podía leerla, pero una vez publicada, mucha gente me ha dicho que sí, hombre, que está claro que es un libro para adolescentes... En fin, yo no lo tengo tan claro, precisamente porque me apetece que la lea quien quiera. Un niño me preguntó en la Feria del Libro de Madrid si era para niños y le contesté que era para niños inteligentes («¡ah, pues entonces sí es para mí!», me contestó con orgullo), y un par de horas después vino un señor mayor que le echó un vistazo y decidió llevársela, y cuando se la firmaba, me dijo «espero que me guste, porque soy un lector exigente: ¡soy ingeniero!». Y por el momento, quienes están con ella la están disfrutando... o al menos, esas son las opiniones que me han llegado.

• ¿Qué te gustaría explicarle al lector que ya haya leído la novela?
Que la Tierra Incontable evoluciona, y evoluciona por lugares que ni el propio autor puede prever. Es decir, que el Círculo Segundo, aunque continúe la historia, es muy diferente al Círculo Primero, y creo que pasará lo mismo con los siguientes. Pero eso es algo que forma parte del camino de la vida, y creo que el lector lo encontrará enriquecedor. Al menos, eso espero, porque lo que sí puedo prometer es que me queda cuerda para rato.

• ¿Qué le dirías a alguien que no conoce tus novelas para que las leyera?
Que les eche un vistazo y que se arriesgue a leer a alguien que está empezando, porque puede sorprenderse agradablemente.

• ¿Cuál es tu siguiente proyecto literario?
Continuar con la Tierra Incontable todo lo que pueda, porque con los años, he descubierto que es donde más disfruto. Aunque eso no quiere decir que no vaya a escribir otras cosas, claro...

Existe un dominio: www.tierraincontable.com, pero de momento está en proceso, pronto se podrá aceder a él.



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