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viernes, 20 de febrero de 2015

Los personajes de la saga (La guerra de las galaxias: El mito renovado)




Obi-Wan, ideal jedi

Yoda es más sabio, Darth Vader más poderoso, envuelto en un halo de misterio, quizá el centro total de la película, Luke es la bondad inocente e ingenua, la extrema pureza, sobre todo al principio, Han Solo es la simpatía, la gracia constante, la generosidad... Hay personajes en La guerra de las galaxias que no pueden abandonar la memoria de los que las han visto. Pero Obi-Wan reúne lo que todos tienen en conjunto.
Él es sabio, fuerte, simpático, como todos, pero posee todas estas cualidades, y además es bondadoso como ninguno, comprensivo. Su papel en las películas es el de defensor de la República, primero; ayuda a los rebeldes en un momento en que él es el único que puede auxiliarles —y por eso Leia acude a él en el epiv—, y guía a los personajes que mueven verdaderamente las historias, héroes, elegidos: Anakin y Luke. Él mismo es un héroe mucho más positivo que ellos; no tiene lado oscuro; nunca, a lo largo de toda la saga, desfallece... Por supuesto, nunca busca el honor y la gloria, lucha como si lo hiciera otro por él. Su premio es poder hacer lo que hace; en realidad, es el gran maestro.
Yoda es demasiado elevado para enseñar, su sabiduría se mueve en terrenos demasiado elevados. Obi-Wan, como de-muestra en El ataque de los clones, es el hombre que se puede tomar una copa en un bar con un confidente para sacar una información, el joven sabio, y el viejo joven y sabio. Nosotros también nos tomaríamos una copa con Obi-Wan, pero la copa sería menos agradable con Anakin, incluso con Luke o con Qui-Gon Jinn.
Asistimos a la madurez de Obi-Wan durante todas las películas como sin querer; su papel es la del eterno secundario, y muchos lo llamarían segundón, pero para mí es uno de los más queridos. Y eso, naturalmente, lo consiguió Lucas con la primera trilogía, en la que le dio un protagonismo maravilloso.
Dicen que Ewan McGregor, que ya sabemos que sufrió lo suyo rodando estos primeros episodios porque tenía que actuar solo delante de pantallas azules —rodaje con cámaras digitales— y se aburría, vio la segunda trilogía varias veces, aprendiendo de Alec Guinnes sus gestos, su forma de actuar, su personalidad... Y así consiguió crear un personaje perfecto que enlaza con el original; ahora, en realidad, el original es él: él es Obi-Wan Kenobi. En la mirada de Ewan McGregor, en su forma de mover los dedos, de cruzar los brazos en ese gesto tan suyo, está Alec Guinnes y La guerra de las galaxias.
Obi-Wan es el hombre de acción, el destinado a las más grandes misiones, que le gustaría ser hombre de pensamiento, estatismo y meditación. Forma a Anakin, formará a Luke cuando ya esté retirado en el desierto como una especie de ermitaño. En el epiii, ese episodio tan clave, al final, con todo perdido, es el encargado de matar a Anakin.
Hay nuevas grandes misiones. Es Obi-Wan el que se hace cargo de los niños, los hijos de Anakin y Padmé, de ocultarlos de su propio padre y de la influencia todopoderosa del Emperador, y entrega a la niña al senador Bail Organa —«Mi mujer y yo nos quedamos con la niña. Llevamos mucho tiempo queriendo adoptar a una niña»—, y el niño al hermanastro de Anakin, Owen, un granjero de Tatooine que no puede ser más distinto de Anakin. Él es el que aparece encapuchado al final del día en la casa de los granjeros y entrega a Luke.
Cuando Yoda cae derrotado por el canciller Palpatine, toda una enseñanza que él asume con sabiduría, el gran maestro jedi exclama: «Al exilio me veo obligado». En este lenguaje político está una de las claves de La guerra de las galaxias. Obi-Wan también parte al exilio. ¿Qué vida llevarán todos estos personajes en tantos años? Cuando en el epiv volvamos a verlo, Obi-Wan será un anciano; ya era sabio antes, ahora lo es más. ¿En qué ha ocupado su tiempo?


Yoda, la esencia jedi

Monjes guerreros, los jedi no son seres contemplativos, o no son puramente contemplativos: también son hombres de acción. Son guerreros, en cierto modo, antiguos caballeros medievales, una especie de hermandad espiritual que protege la galaxia.
El consejo jedi es un órgano consultivo del Senado, y se rige por un organigrama muy completo que en las películas, en poco tiempo, y mostrando más que explicando, al más puro estilo novelesco, se nos desvela. Los jedi sienten, piensan, no son individualistas, se apoyan unos a otros, se les encomiendan misiones... Hay un orden jerárquico. Incluso Yoda, como hemos tenido la oportunidad de comprobar en epii y epiii, es un guerrero: inolvidables, para algunos en el peor sentido, sus apariciones súbitas a bordo de una nave-helicóptero de combate rodeado de tropas clon.
Cuando nos lo volvemos a encontrar en El Imperio contraataca, es un anciano que lo ha visto todo, absolutamente todo, pero ya quedó patente en los primeros episodios. Yoda es una especie de gran yogui; tiene más de ochocientos años y siente más que nadie la Fuerza. La siente tanto que el engreimiento, la demostración de su poder, todo lo corrupto, sucio y vil que puede suponer la Fuerza en él es completamente inane. Luke se siente muy defraudado al principio cuando lo conoce.
«Ah, ¿un gran guerrero?», le dirá Yoda refiriéndose a lo que busca Luke.





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